PUNTOS DE VISTA DE UNA VÍCTIMA DE
AGRESIÓN ACÚSTICA

 

Valerie Weedon (Reino Unido)

Noise Network

Presentado originalmente ante el URBAN NOISE WORKSHOP
(Bruselas, lunes 24 de marzo de 1997)
Presentado en las Primeras Jornadas Internacionales Multidisciplinarias sobre
Violencia Acústica

(Rosario, 2-3 de octubre de 1997)

 

1. EXPERIENCIA PERSONAL

Hace ocho años me encontré con un problema de ruido doméstico que alteró el curso de mi vida; realmente, cambió mi vida para siempre. Me ha conducido por una travesía que involucró la acústica, la audiología, la psicología, la fisiología y el derecho. Quienes protestaamos por el ruido a menudo nos enfrentamos con la hostilidad, los prejuicios y el ridículo. Somos tildados de aguafiestas, quejosos y buscapleitos, o acusados de ser hipersensitivos. Todo esto, insinuando que somos, de alguna manera, anormales, aunque nuestra reacción sea, en términos fisiológicos y psicológicos, absolutamente normal. A propósito, resulta interesante destacar que no existe definición clínica de "hipersensitivo" lo cual plantea la cuestión de si es factible que algunas personas sean "subsensitivas".

El problema que debí soportar durante un año largo me ha dejado como secuela un temor al ruido. La fuente de ruido en mi caso fue la música moderna, con su prominente base rítmica en los graves, amplificada por un poderoso sistema de alta fidelidad. La exposición a esta tortura día tras día cambió mi carácter. Me volví más agresiva, a veces depresiva, y sufrí una enfermedad relacionada con el estrés. La única forma de escapar de esta tortura fue cambiar de casa.

Aún hoy conservo aquella experiencia. Me he vuelto mucho más consciente del ruido, y no sólo aborrezco todavía aquellos sonidos que debía soportar entonces, sino que he desarrollado odio hacia otros ruidos también. Hasta el coro de los pájaros al alba me irrita. Mi vida entera está dominada por el ruido. Debo tener en cuenta el ruido cuando planifico mis vacaciones o viajes afuera. ¿Conseguiré una habitación silenciosa? ¿Tendrá aire acondicionado cuyo funcionamiento me mantendrá en vilo toda la noche? ¿Seré perturbada por el ruido del tránsito?

El estar en un ambiente ruidoso demasiado tiempo me resulta desgastante. Busco la paz y el silencio siempre que me sea posible.

2. CAMPAÑA

Después de mudarme huyendo de mi problema decidí iniciar una campaña y entrar en contacto con otros que hubieran atravesado problemas similares. Así, en mayo de 1991 lancé la Campaña del Derecho a la Paz y el Silencio, que se disolvió en abril de 1996 para ser reemplazada ahora por la Red del Ruido (Noise Network). A lo largo de los últimos seis años he trabajado constantemente haciendo contactos con miles de otras víctimas del ruido, no sólo en el Reino Unido sino en Europa, Canadá, Estados Unidos y Sudáfrica. He llegado a sorprenderme de la diversidad de problemas de ruido que existen.

La presión ejercida por la Campaña ha conducido a tres nuevas leyes en el Reino Unido: The Noise and Statutory Nuisance Act (Ley reglamentaria de ruido y molestias), en 1993, que trata acerca del ruido en la calle, (incluyendo alarmas sonoras), The Noise Act (Ley de Ruido), en 1996, referida al ruido nocturno, y The Housing Act (Ley de Viviendas), también en 1996, sobre el comportamiento antisocial.

El ruido, según pude comprobar, no es una cuestión sobre la cual resulte popular hacer campañas. Siempre se le ha dado una prioridad baja como problema ambiental y ha habido poca información disponible para el público en general. Parece como si hubiera una conspiración de silencio en torno al ruido, y no sé por qué. Durante los últimos veinte o treinta años han habido suficientes indicadores alertándonos de los peligros del ruido, los probables riesgos para la salud y el empeoramiento de la calidad de vida, y sin embargo muy poco se ha hecho para remediar la situación.

3. RIESGOS PARA LA SALUD

Todos sabemos que los sonidos fuertes pueden ocasionar problemas auditivos. Existen reglamentaciones sobre Salud y Seguridad que protegen a los trabajadores que se desempeñan en ambientes ruidosos, pero se ha hecho muy poco para proteger a los ciudadanos fuera de sus puestos de trabajo. Debemos hacer que la juventud se vuelva consciente de los peligros de la amplificación de gran potencia, protegerlos con controles, de ser posible, y no dejarlos a merced de operadores de sonido irresponsables.

Estudiando mi propio problema de ruido me interesé por saber por qué había reaccionado tan violentamente. No parecía ser porque odiara la música. De hecho había trabajado con bandas pop como The Small Faces, Amen Corner y The Move en los años 60. Y al principio de los 80 había sido, inclusive, disc-jockey en una estación comunitaria de radio, y poseía una vasta colección de discos. Entonces ¿qué era lo que me volvía tan furiosa y me llevaba a la depresión? Rápidamente establecí la conexión entre los efectos de mi problema doméstico de ruido y las implicancias más amplias del ruido en la vida de cualquiera.

No es sólo la intensidad de los sonidos lo que los hace perjudiciales. Glass y Singer (1971) afirman que "los aspectos impredecibles e incontrolables del ruido pueden ser especialmente perturbadores y potencialmente dañinos desde el punto de vista psicológico".

Me gustaría mencionar algunas referencias que dan soporte a las conclusiones a las que he arribado.

EL SÍNDROME GENERAL DE ADAPTACIÓN

Hans Seyle (1978) proveyó una hipótesis robusta y duradera que explica las tres etapas por las cuales los organismos (incluyendo el humano) deben adaptarse a los eventos que ocasionan tensión, so pena de enfermar y posiblemente morir.

CIRCUITO DE CONTROL INTERNO/EXTERNO DE LA SALUD

Rotter (1966) explicó la importancia del circuito de control sobre la vida y las consecuencias perjudiciales para la salud que resultan de la pérdida de este control.

INDEFENSIÓN ADQUIRIDA

Investigaciones realizadas por Seligman y Soloman explicaron cómo la indefensión adquirida y/o la falta de autoridad pueden dañar la salud.

SOBREESTIMULACIÓN

El ruido incontrolable ubica el cuerpo del agredido en un estado permanente de "vuelo de huida" o de "preparación para la lucha". Este estado de alerta conduce a la sobreproducción o subproducción de sustancias químicas por parte del cuerpo y el cerebro, incluyendo neurotransmisores, hormonas u otras substancias que constituyen fuerzas conductoras para la vida. La perturbación nocturna conduce a una seria interrupción de los ritmos biológicos circadianos y la pérdida del benéfico efecto reparador del sueño.

Reaccionamos frente al ruido como lo hacemos frente al estrés. La Profesora Arline Bronzaft (una importante psicóloga de New York) afirma que la exposición a sonidos no deseados puede traer aparejado un incremento del estrés y el alerta. El cuerpo reacciona frente al estrés cambiando el ritmo cardiaco, aumentando la presión sanguínea, dilatando las pupilas, contrayendo músculos, incrementando el colesterol en la sangre y la secreción de hormonas.

Los problemas de salud que se sabe que aparecen como consecuencia del ruido incluyen enfermedades cardiovasculares, respiratorias y gastrointestinales, enfermedades inmunitarias o relacionadas con la autoinmunidad, infecciones oportunistas, ansiedad y depresión.

Las investigaciones del psicólogo Bruce McEwan (Universidad de Yale) han confirmado que la ansiedad y el estrés aceleran la metástasis del cáncer (propagación de las células cancerosas). Tal vez el indicador más potente y siniestro de estrés tóxico notado hasta la fecha sea el envejecimiento prematuro del cerebro humano.

RUIDO Y CRIMEN

El problema del ruido no sólo ha llevado a la depresión y el suicidio, sino también a fuertes sentimientos de pánico, revulsión y furia extrema. Esto a su vez ha llevado a la confrontación violenta, el daño criminal, asalto u homicidio, con elevados costos para el Reino Unido.

Las conexiones entre el ruido y el comportamiento agresivo son fuertes, por lo tanto cabe preguntarse en qué medida la furia en la ruta y otras actividades agresivas en nuestras sociedades no son el resultado de la cantidad de ruido que debemos soportar.

¿Acaso el ruido no alimenta la violencia y el silencio el cuidado y la consideración?

No deberíamos subestimar el poder del ruido y las reacciones que nuestro cuerpo tiene ante él. Nuestros cuerpos están siendo sencillamente contaminados por el ruido.

Creo que las suposiciones hechas sobre el ruido han sido erróneas. La noción previa de que nos habituamos a él está ahora controvertida.

El interés económico ha sido siempre el factor dominante en el control de ruido, pero ahora debemos sopesar esto frente a otros costos posibles, en términos de la pérdida de ganancia, la carga para los sistemas de salud y de justicia, así como la miseria humana y la pérdida de la calidad de vida que el ruido ocasiona.

4. SOLUCIONES

Es importante que comencemos a introducir cambios en el control de ruido de manera de proteger a todos tanto como sea posible. Me gustaría ver también que se brindan compensaciones y ayuda práctica a aquellos cuyas vidas han sido ya marchitadas por el ruido. Los consejos pueden ayudar pero no son la cura. Debemos crear un clima que haga el ruido inaceptable y procure posibilidades ciertas para aquellos que deseen un estilo de vida más silencioso.

No podemos seguir ignorando el hecho de que el ruido es dañino y debemos EDUCAR, AISLAR y REGLAMENTAR para que el ruido salga de nuestras vidas.

EDUCAR

Los ciudadanos deberían ser conscientes de los riesgos para la salud. La gente joven, en particular, debería estar advertida de que la exposición a sonidos amplificados trae aparejado daño auditivo. Todos deberían ser alentados a modificar el comportamiento ruidoso. Debería proporcionarse un adecuado entrenamiento a los operadores de sonido para asegurar en ellos una actitud responsable. Los músicos deberían también ser conscientes de los niveles sonoros que infligen a sus públicos en los conciertos, y protegerse ellos mismos y a sus audiencias. Los ciudadanos deberían exigir productos más silenciosos.

AISLAR

Todas las viviendas deberían poseer adecuada aislación sonora para evitar la intrusión de sonidos ajenos. Los ciudadanos deberían tener esta opción.

REGLAMENTAR

Una política abarcativa sobre ruido debería incluir controles sobre la planificación, el tráfico aéreo, las superficies de las carreteras para reducir el ruido vehicular, la producción de equipos ruidosos, y el comportamiento ruidoso, así como proteger a todos los ciudadanos del impacto de los sonidos invasivos y no deseados.

 

Valerie Weedon MBE
Noise Network UK
Marzo de 1997

 

Traducción: Federico Miyara

 

E-mail: fmiyara@fceia.unr.edu.ar
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