El estudiante y su gran maestro

 

Introducción:

 

   En el siguiente ensayo, se va a realizar una observación crítica e ilustrada... por un lado a un maestro de línea extrema, y por el otro a su estudiante mas reconocido, que logra escapar a dicha línea.

  Reflexionaremos y se exhibirán ejemplos concretos, sobre las características epistémicas especificas involucradas en esta relación tan peculiar, que dio origen, por parte del estudiante, a la teoría mas bella que la humanidad haya visto a lo largo de toda su historia.

 

   Problemática, posibilidades. Se advertirá la relación de inherencia entre procesos educativos en estado práctico y el predominio de determinadas posiciones epistémicas.

   Se mostrará la no-continuidad entre el plano de “lo real” y el de la construcción cognitiva. La ruptura epistemológica necesaria que debió llevar adelante ese estudiante, para producir tal revolución en la ciencia.

   La emancipación intelectual del estudiante. La posterior separación de su maestro que conllevó dicho proceso. Notaremos, en medio, que consideraciones como la del “tiempo”, entre otras, ligan perspectivas epistémicas tan diferenciables entre si.

 

Desarrollo:

 

   El Maestro:  Tenemos a un maestro ilustre, en extremo defensor de una educación positivista que proponía que la ciencia se basaba en la observación(experimentos físicos y mediciones), que era objetiva y que llevaría a probar “todo” de forma inequívoca.

   Obtuso en su criterio señido a sus sentidos(tacto, vista, oído, etc.) con actitudes de develación inequívoca de verdades tangibles, confía erróneamente en la neutralidad de su mirada. Cumple un rol epocal conservador.

 

 

   El Estudiante:  No adoptó la receta(positivista) que le entregaba su maestro como verdad asumida, considero que debía ir mas lejos, que era mas rico el análisis conceptual y teórico. A pesar de lo que recibía, formo líneas de pensamiento propias. Cumplió un rol epocal transformador. Es un caso de estudio para Piaget, fue un proceso cognitivo espectacular en un adulto. Para Bachelard es el surgimiento del nuevo espíritu científico.

 

 

   Ernst Mach es El Maestro, Albert Einstein El Estudiante.

 

   Las dos posiciones epistémicas involucradas son las de El positivismo en Mach y la de Bachelard en Einstein.

 

   Mach es más conocido hoy por dar su nombre a la unidad de medida de la velocidad del sonido, pero para Einstein fue su maestro, que estableció la base para la relatividad, y un héroe admirado que empleó una considerable cantidad de tiempo pensando cómo se debería hacer ciencia, y haciéndola.

   Einstein leyó a Mach cuando era estudiante y era seguidor suyo ya en 1902, cuando vivía en Zurich y se reunía regularmente con sus amigos. Einstein insistió para que su grupo leyese los dos libros que Mach había publicado hasta esa fecha:   El desarrollo de la mecánica y El análisis de las sensaciones.

 

   Mach fue un ejemplo de una clase de profesor que se hizo cada vez más escasa en el siglo XX:  un científico cuyos intereses cubrían un amplio abanico de materias, desde la óptica y la mecánica, a la filosofía, pasando por la dinámica de ondas, las experiencias sensoriales y la teoría cognitiva.

   Fue la filosofía lo primero que llamó la atención de Einstein en él. Mach era abiertamente un positivista extremo, es decir, mantenía que sólo se pueden extraer conclusiones de lo que se puede percibir directamente. Las teorías científicas, según Mach, no pueden pretender ser más que un resumen de hechos observables. Hacer inferencias que no fuesen directamente atribuibles a algo que se pudiese ver, tocar o percibir de alguna manera, era entrar en el mundo de la fantasía.

   El primero en usar el término positivismo fue Francis Bacon(1561-1626):  positiva es la ley natural o la fuerza, en la cual podía detenerse el filósofo sin proceder a ulterior indagación de sus causas.

Luego Comte acepta este significado de lo positivo y sobre ésta noción se construye la nueva ciencia experimental y la filosofía positiva.

   El positivismo es el sistema que profesa que únicamente los hechos de la experiencia constituyen el objeto de nuestro conocimiento, no podemos conocer nada fuera de los objetos de la experiencia. Con ello se pretende excluir toda metafísica:  no se puede saber nada de la esencia de las cosas ni de sus causas. Se acaba negando que exista algo diferente a los objetos de experiencia.


   Augusto Comte nació en 1798 en Montpellier. En sus años de Liceo perdió la Fe. Destacó en matemáticas y a los 16 años fue admitido en la Escuela Politécnica de París. Tenía un talento precoz y alternó sus estudios con las lecturas filosóficas:  Mapertuis, Smith, Diderot, Condorcet, De Bonald, etc. En 1816 los cursos de la Escuela fueron suspendidos y Comte decide quedarse en París. En 1818 conoció a Saint Simon, de quien se convirtió en discípulo y secretario. De él recibió el término “filosofía positiva” y el ideal de reforma de la sociedad, comenzando  por la reforma del pensamiento y de la ciencia.

   Mach llevó esta posición positivista mucho más lejos que los demás. Por ejemplo, durante años se negó a creer en la existencia de los átomos ya que eran demasiado pequeños para ser percibidos directamente con nuestros propios ojos.

   Los estudios de Mach sobre la mecánica y la inercia impactaron a Einstein. Dado que Mach creía solamente en cantidades que se pudiesen tocar, afirmó enfáticamente que el “tiempo” no tiene ningún significado real.

   Escribió que era una idea abstracta, producto de la mente humana y sujeta por lo tanto a sus caprichos. Este rechazo del “tiempo absoluto” parece que fue lo que liberó el pensamiento del joven Einstein facilitando mas tarde el duro proceso de superar obstáculos epistemológicos, cuando se publicó la Teoría especial de la relatividad de Einstein en 1905, se apoyaba directamente en el concepto de que no existe ni tiempo ni espacio absoluto. De hecho, todo lo que hay en la Teoría especial de la relatividad se deriva directamente de la percepción humana, dado que la gente en diferentes marcos de referencia experimenta diferentes cosas, Einstein afirmó que la realidad misma era diferente en esos marcos de referencia. Una actitud genuinamente positivista que Mach no pudo menos que aprobar.

   Además Mach había tenido ideas parecidas, siendo joven. Einstein siempre creyó que Mach había estado en el camino correcto para descubrir la relatividad en parte de sus trabajos de juventud, y que la única razón por la que no lo había hecho, había sido porque la época no fue la propicia... obstáculo epocal insuperable.

   Einstein comenzó a pensar en el problema en un momento en el que las miradas de la comunidad científica estaban puestas en el hecho de que la velocidad de la luz era constante, mientras que Mach lo hizo dos décadas antes. La constancia de la luz fue un importante catalizador para el desarrollo de la relatividad, algo que Mach desconocía en su momento.

   Einstein también usó el trabajo de Mach unos diez años más tarde cuando estaba escribiendo la Teoría general de la relatividad. Mach había hecho una propuesta, a la que Einstein se refería como el principio de Mach, según la cual la causa de que cualquier objeto permanece en reposo o continúa moviéndose es directamente atribuible a su relación con todos los demás objetos del universo.

Esto constituía una modificación de la ley de la inercia de Newton: un objeto en reposo tiende a estar en reposo, y un objeto en movimiento tiende a estar en movimiento. Mach quería determinar simplemente porqué la ley de Newton era así, y su respuesta fue que la responsable era la distribución de masa en el universo. Se puede ver como la idea de que la masa afecta a la inercia, puede haberle ayudado a Einstein, a crear su Teoría general.

   Einstein siempre reconoció la obra de Mach como catalizadora, madre en el nacimiento de su objeto teórico, de su construcción conceptual, su Teoría de la relatividad. Pero Mach eligió distanciarse del trabajo de Einstein. Para cuando se publicó la Teoría general de la relatividad en 1915, Einstein había ido demasiado lejos en la dirección a la que Mach se refería como “conceptos metafísicos”. La Teoría general de la relatividad explica la gravedad postulando la curvatura del propio espacio, para Mach la teoría era demasiado abstracta para ser aceptable.

La relatividad general esta concebida desde una posición epistémica claramente de Bachelard, que se opone al positivismo, es un no-positivismo radical y deliberado.

   Bachelard tomó la física y la química como sus modelos de racionalidad científica.

Emplea el concepto de una ruptura epistemológica en dos contextos:  Primero, él lo usa para caracterizar la forma en la cual el conocimiento científico se separa e incluso contradice las experiencias del sentido común, y las creencias. Éste sentido de “ruptura” es fundamental para Bachelard, desde allí la ciencia se constituye como una esfera cognitiva diferente:  “El progreso científico siempre revela una ruptura, constantes rupturas, dentro del conocimiento común, el ordinario... y el conocimiento científico.”

   La teoría mejor, surge de pensar mejor... no de medir mejor.

El dato, como inspiración, se cambia por la intuición sensible... produciendo una conjetura acertada.

   Pensar es pensar sin imágenes... esto provoca ideas tan radicales como los agujeros negros, donde el tiempo se hace cero en su horizonte... algo que no se puede imaginar, ni representar.

   La nueva teoría que presentaba Einstein, no dependió en esencia de los datos, en ese momento ni se habían medido esos datos... la razón se impuso sobre los datos. Luego los datos validaron la razón, la teoría, el invento racional.

 

   El segundo de entre los diez obstáculos epistemológicos(dificultades que enfrenta el conocimiento) identificados por Bachelard es el obstáculo realista, que consiste en tomar la noción de sustancia como una realidad, que no se discute y de la que parte toda una serie de conocimientos que tienen relación directa e indiscutible con la naturaleza de la sustancia misma, como no se puede explicar se la toma como causa fundamental o como una síntesis general del fenómeno natural al que se le asigna, es así como los alquimistas creían que en el oro se habían concentrado todas las bondades y propiedades características del sol, cosa similar sucedió con el fuego, ya que al desconocerse su génesis, se lo toma como una causa universal. En ese momento se cae en la trampa de pensar en sustancia real, misteriosa, que deja de ser un problema científico para convertirse en parte de la generatriz de toda la realidad.

   Ruptura epistemológica es salir del sentido común para pasar a lo abstracto. Luego puede ser que el objeto de conocimiento contradiga altamente al sentido común(Mach se opone totalmente).

 

   Bachelard como Piaget piensan que objetos muy distintos, en la medida que se profundice el razonamiento, podrían responden a la misma estructura racional(como demuestra Einstein al igualar masas inerciales y gravitatorias).

Bachelard ilustra ésta afirmación con varios ejemplos que ejemplifican al concepto de las rupturas epistemológicas. Él encuentra un ejemplo muy simple en uno de los libros de química, donde se comenta que el vidrio, es muy similar al sulfuro de zinc. La comparación es una de las que nunca ocurrirían con el sentido común, ya que esto no está basado sobre ninguna apariencia evidente de las dos sustancias, sino del hecho que ellas tienen estructuras cristalinas análogas.

Así, las rupturas en las ciencias, con las experiencias ordinarias, ubican los objetos de las experiencias bajo nuevas categorías que revelan propiedades y relaciones no evidentes, ni al alcance de las percepciones del sentido común.

Todos son conocimientos conjeturales... la observación pura, absoluta, no existe.

Las teorías no son dependientes de la observación... uno mira con teorías.

   Einstein no había medido, ni observado el acortamiento de la longitud o el enlentecimiento del tiempo ante la  fuerza de gravedad... tampoco lo había hecho antes ante la velocidad, ni estaba demostrado el incremento en la masa al incrementar su velocidad. Fueron comprobaciones posteriores las que otorgaron validez. Establecer la equivalencia(Principio de Equivalencia) entre la masa inercial y la masa gravitatoria, solo se le había ocurrido a él... es un atentado contra la intuición.

   Bachelard sostenía, en otros términos, que el vector epistemológico va de lo racional a lo real y no a la inversa, de la realidad a lo general, como lo profesaban todos los filósofos desde Aristóteles hasta Bacon.

   Einstein, sin embargo, nunca admitió del todo que su héroe, su maestro, había rechazado la relatividad, achacando a la vejez la actitud de Mach.

Un educador, por ejemplo Mach, no tiene sentido del fracaso, precisamente porque se cree un maestro. Quien enseña manda. De ahí una oleada de instintos. Von Monakow y Mourgue han observado justamente esta dificultad para la reforma de los métodos de educación, invocando el peso de los instintos en los educadores:  Hay individuos para los cuales todo consejo relativo a los errores de educación que cometen, es absolutamente inútil porque esos llamados errores no son sino la expresión de un comportamiento instintivo.

 

   La verdad es que Von Monakow y Mourgue se refieren a individuos psicópatas, pero la relación de maestro a alumno es una relación fácilmente patógena.

El educador y el educando participan de un psicoanálisis especial. Esto no debe ser descuidado porque es indispensable para el progreso del espíritu científico. Hay pues que discernir los obstáculos epistemológicos, para que triunfe la razón.

   A pesar de todo, Einstein también se apartó de su estricta adhesión al trabajo de Mach. Así, se hizo cada vez más evidente que el principio de Mach no tenía, de hecho, mucho que ver con la relatividad general, el primero tenía que ver con la inercia, el segundo con la gravedad. No sólo eso, a pesar de la reticencia inicial de Einstein a la idea, la relatividad permite un universo sin ninguna masa. En su última década de vida, Einstein había dejado completamente de asociar el principio de Mach con su propio trabajo. En una carta de 1954 escribió “uno no debería hablar más en absoluto del principio de Mach”.

   Einstein rechaza enfáticamente el positivismo de Mach. Aunque apoyarse solamente en los sentidos le ayudó a crear su primera teoría de la relatividad, Einstein abandonó esa rígida actitud con el paso del tiempo, hasta producirle rechazo.

   Mach también rechazó la mecánica cuántica, porque si bien se basaba solamente en mediciones para sacar conclusiones, estas mediciones eran de un tipo demasiado abstracto. ¿Quién, después de todo, ha visto un electrón con sus ojos? Sin experiencia sensible, Mach no tenía interés en esta nueva rama de la ciencia.

   A pesar de sus diferencias científicas, Einstein siempre pensó que Mach fue una de las grandes influencias en su vida. En 1916, Einstein escribió un obituario sobre Mach en el que alababa al hombre que había empleado tanto tiempo estudiando, como una ciencia en sí misma, cómo la ciencia debería hacerse.

Sin ese autoexamen, escribía Einstein, “los conceptos que han probado ser útiles para ordenar las cosas adquieren fácilmente una autoridad tal sobre nosotros que olvidamos sus orígenes terrenos y los aceptamos como axiomas inalterables... La senda del avance científico se hace a menudo infranqueable durante mucho tiempo por esos errores”.

 

   Como los datos en un experimento dependen del criterio utilizado para obtenerlos, o sea que los datos vienen en un cause interpretativo previo, también los mismos fenómenos que ocupaban las mentes del maestro y de su estudiante pueden ser entendidos de distintas maneras. Nadie puede sentirse dueño de verdad alguna, simplemente porque tales verdades son ningunas.

No hay hechos reales y/o inequívocos, no hay ver las cosas tal cual son.

Se muestra que aunque este maestro ignorara... no estaba de mas, fue absolutamente imprescindible.

 

   Einstein provoca otra ruptura epistemológica al considerar al tiempo como otra componente más, de un espacio ahora cuatridimensional. La ciencia ya no se basaría más, solo en la representación de lo que se ve, impulsando fuertemente a la geometría n dimensional aplicada, Bachelard diría que la ciencia se hace contra los datos, la razón ahora desplaza a los datos como la base de la ciencia... cuando muere Mach, muere tal vez con él el positivismo.

 

A modo de cierre:

 

   Si traemos ahora a este ensayo, la luz que aporta Jacques Ranciére con su “El maestro ignorante”, recordando que Einstein y su grupo de amigos se reunían a leer los libros de Mach... notaremos que al estar ausente el maestro, “El orden explicador” no se cumple:

un maestro que toma distancia entre el alumno y el libro, para tener seguridad de que el estudiante comprendió exactamente los razonamientos de la exacta forma en que están enseñados en el libro.

 

   En primer lugar, la libertad de pensar lo impreso en aquellos libros de Mach, de la forma en que querían razonarlo en ese momento esos muchachos, les permitió seguramente una amplitud de comprensión mucho mayor.

En segundo lugar, adhiero a la revelación que captó Joseph Jacotot, en cuanto a que a veces es el maestro explicador, quien necesita del estudiante... ya que explicar algo a alguien es, en primer lugar, demostrarle que no puede comprenderlo por si mismo. Pues bien, Einstein comprendió los fenómenos y razonamientos impresos en aquellos libros, mejor aun de cómo los entendía el propio autor de aquellos libros.

 

   De la página 28 saco la siguiente idea: “El estudiante(Einstein) había aprendido sin maestro explicador, pero no por eso sin maestro... antes no sabía y luego si. Por lo tanto el maestro(Mach) si le había enseñado algo. Sin embargo, no le había transmitido nada de su ciencia. En consecuencia, no era la ciencia del maestro aquello que el alumno aprendía.”

 

La inteligencia del estudiante se había enfrentado con el libro. Las dos facultades en juego en el acto de aprender:  la inteligencia y la voluntad, tanto del maestro como del estudiante se habían separado, se habían liberado unas con respecto a las otras.

Entre el maestro y el alumno se había establecido una pura relación de voluntad a voluntad:  una considerable cantidad de tiempo haciendo ciencia, pero manteniendo separadas sus inteligencias.

En el acto de enseñar y de aprender, hay dos voluntades y dos inteligencias. Se llamará embrutecimiento a su coincidencia.

En nuestro caso el alumno se vincula con una voluntad muy fuerte, la de su maestro.

Se llamará emancipación, al acto de una inteligencia que no obedece más que a si misma, aun cuando la voluntad concuerde.

 

   Se puede enseñar hasta lo que se ignora, si se emancipa al estudiante, es decir si se lo deja usar su propia inteligencia.

Quien enseña sin emancipar, embrutece. Y quien emancipa no tiene que preocuparse por lo que el emancipado debe aprender. Aprenderá todo lo que quiera, tal vez nada... pero él sabrá que puede, solo depende de su voluntad.

 

                           Cristián Antiba...  Dedicado a Peter Lewis, Danilo Gómez y a Nora Pouey.

 

 

Bibliografía:

 

- Notas de clases del Prof. Dr. Roberto Follari, 2012.

 

- R. ADLER, M.BAZIN y M. SCHIFFER. Introduction to General Relativity. Mc Graw-Hill, 1968.

 

 - Von Monakow et Mourgue: Introduction biologique á l´étude de la neurologie et de la psychopathologie, p.89.

 

- Le matérialisme rationnel, 207

 

- Gaston Bachelard - La formación del espíritu científico.

 

- http://www.buenastareas.com/materias/comparacion-de-kuhn-y-bachelard

 

- Jacques Ranciére - El maestro ignorante.

 

- César de Andalucía, España. Ldo. en CC. Químicas. Máster en Neurociencia y biología del comportamiento. Aficionado a la filosofía, la historia y a la teología comparada.

 

- Jean Piaget y Rolando García - Psicogénesis e historia de la ciencia.

 

- Pierre Bourdieu, Jean Claude Chamboredon y Jean Claude Passeron - El oficio de sociólogo, Presupuestos epistemológicos.